Timochenko pide a exguerrilleros no apoyar a la disidencia de las FARC

El exguerrillero Rodrigo Londoño, también conocido como ‘Timochenko’, reiteró su compromiso con el proceso de paz en Colombia e hizo un llamado a los excombatientes para que continúen por ese camino, luego de que un grupo ‘disidente’ de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FACR), encabezado por Iván Márquez, decidiera retomar la lucha armada.

En una carta fechada el 2 de septiembre, Londoño expresó: “Jamás abandonaré la nave que abordamos en conjunto, al respaldar en forma unánime lo acordado con el Estado colombiano en materia de solución política al conflicto que desangraba a Colombia”.

El exguerrillero recalcó que el proceso de paz sería el principio de una etapa difícil, pero la consideró necesaria para que cese el derramamiento de sangre que durante décadas ha aquejado el país.

“Desde el inicio de las conversaciones, mediante distintas circulares, expresé que la ruta emprendida no iba a ser fácil, que el Acuerdo de Paz no era un punto de llegada, sino un punto de partida. Tendríamos que luchar mucho para ganar el apoyo de la mayoría de los colombianos y colombianas, porque esa es la única forma de arrinconar a los enemigos de la paz”, escribió.

El ahora líder del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, organización que surgió tras la desmovilización de la guerrilla, agregó que el regreso a la disidencia de un grupo de excombatientes solo han beneficiado a los sectores políticos que buscan echar abajo los acuerdos de paz en Colombia.

“La extrema derecha es la única que está feliz por lo sucedido con esos excompañeros, tanto que habla de aprovechar eso para anular definitivamente los acuerdos de paz. La inmensa mayoría de nuestros compatriotas rechaza el regreso de la guerra”, dijo Londoño.

Las secuelas del regreso a las armas

Seuxis Paucías Hernández Solarte, conocido como ‘Jesús Santrich’, reapareció públicamente al lado de Iván Márquez, en un mensaje en el que algunos exguerrilleros anunciaron que tomarían la vía armada ante el asesinato de al menos 500 líderes sociales en dos años.